NECESIDAD DE EQUIPOS DE PROTECCIÓN PERSONAL CON PERSPECTIVA DE GÉNERO

José María Domínguez Chamorro, Mª Carmen García Vico, Silvia Torres Ruiz y Sara Sierra Alonso Centro Nacional de Medios de Protección. INSST
A pesar de que la legislación sobre equipos de protección personal (EPP) establece que la selección de estos debe tener en cuenta los parámetros individuales de la persona usuaria y la naturaleza de su trabajo, tradicionalmente, los EPP han sido diseñados predominantemente para los hombres.
Las claras diferencias antropométricas existentes entre hombres y mujeres deben motivar a las empresas a introducir un enfoque preventivo sensible al género, con el fin de garantizar una prevención eficaz. Los EPP diseñados para un tipo de hombre estándar ponen en peligro a algunos hombres y a muchas mujeres.
A su vez, las mujeres, al igual que ocurre con los hombres, no constituyen un grupo homogéneo, pertenecen a grupos de edades distintos, tienen orígenes étnicos diferentes y no todas las mujeres trabajan en empleos tradicionalmente «femeninos». La disponibilidad limitada de EPP específicos para las mujeres es un problema crítico, que las coloca en un estado de riesgo potencial, al tener que utilizar EPP mal ajustados, incómodos, restrictivos e incluso que pueden comprometer su seguridad. Además, puede llegar a ser una barrera para la igualdad de oportunidades laborales.
A medida que la diferencia de género en la tasa de actividad se ha ido reduciendo con el tiempo, han ido tomando mayor relevancia los problemas existentes por la falta de un enfoque sensible al género en materia de seguridad y salud laboral y, de forma particular, en lo relacionado con los equipos de protección individual (EPP). Tradicionalmente, los EPP se han diseñado y fabricado en gran medida para hombres, lo que ha creado barreras significativas para las mujeres, al impedirles el acceso a EPP seguros y cómodos que les permitan trabajar en igualdad de condiciones. Asegurar un nivel de protección de la salud adecuado para el conjunto de la población trabajadora pasa por incorporar las necesidades específicas de las mujeres, hasta ahora generalmente invisibilizadas por su “papel secundario” en el trabajo remunerado.
ALGUNOS DATOS REVELADORES
El informe de la última encuesta realizada a 1.444 mujeres por la Women’s Engineering Society (WES) “PPE for women does not fit: 2024 survey results” (2024), muestra que solo el 4 % de ellas tenían acceso a EPP con un ajuste adecuado, el 38 % a tallas estándar para hombres, otro 38 % a tallas estándar para mujeres y un 15 % señalan que los EPP suministrados eran de talla unisex. Por otro lado, el 42 % de las encuestadas afirman haber tenido que hacer modificaciones a sus EPP debido a un mal ajuste, mientras que un 31 % tienen que modificar su comportamiento diario debido al uso de un EPP no adecuado.
La encuesta concluye que la gran mayoría de las mujeres utilizan EPP de tallas estándar, predominantemente diseñados para los hombres, sin tener en cuenta las diferencias anatómicas y fisiológicas de las mujeres, como la altura, la relación pecho-cadera-cintura, el tamaño de los pies, las manos o la cabeza, entre otros.
Extracto de la revista: Seguridad y Salud en el trabajo No 119